Las recomendaciones de la comisión europea para la economía española. El pacto del Euro.

Francisco Parra. Doctor economía UNED.

La semana pasada se presentaron las recomendaciones de la comisión europea sobre la economía española,  en lo relativo a los compromisos que el Consejo Europeo  invitó a presentar a los Estados miembros participantes en el Pacto por el Euro Plus, invitación ala que Españadio cumplida respuesta el 29 de abril de 2011, con la actualización de 2011 de su programa de estabilidad, relativo al periodo 2011-2014, y su programa nacional de reforma de 2011. Las recomendaciones están accesibles en la siguiente dirección de Internet:

http://ec.europa.eu/europe2020/tools/monitoring/recommendations_2011/index_en.htm

Una vez se detallan los problemas de la economía española, disminución del PIB y del empleo, aumento del desempleo, paro juvenil, etc… y  dejando por sentado que España ha hecho esfuerzos y sacrificios en nombre de la disciplina y la estabilidad presupuestaria, pero que hay que perseverar aún en la consolidación fiscal, la reforma laboral, el sector financiero, el mercado de trabajo, la competencia…, se nos  recomienda establecer techos de gastos, sobre todo en los gobiernos regionales, aumentar la flexibilidad laboral en las empresas, desvincular salarios de inflación, hacer de las cajas de ahorros bancos, completar la reforma de las pensiones, y ¡Sorpresa! bajar las cotizaciones empresariales subiendo el IVA y los impuestos a la gasolina.

Tal y como aparece redactado transcribo lo que la Comisión RECOMIENDA que España haga en el periodo 2011-2012 :

(1) Aplicar la estrategia presupuestaria en 2011 y 2012, garantizando el logro de los objetivos de déficit a todos los niveles de la Administración, en particular aplicando estrictamente los mecanismos existentes de control del déficit y de la deuda para los gobiernos de las Comunidades Autónomas; adoptar nuevas medidas en caso de que los resultados presupuestarios y económicos no se ajusten a lo previsto; aprovechar cualquier oportunidad que se presente, por ejemplo, la que se derivaría de unas mejores condiciones económicas, para acelerar la reducción del déficit; establecer medidas concretas a fin de apoyar completamente los objetivos establecidos para 2013 y 2014. Mantener la expansión del gasto público por debajo de la tasa de crecimiento del PIB a medio plazo, introduciendo una norma de gasto para todos los niveles de la Administración en la Ley de Estabilidad Presupuestaria, según lo previsto.

(2) Adoptar la reforma del sistema de pensiones propuesta con el fin de retrasar la edad de jubilación y aumentar el número de años de trabajo para el cálculo de las pensiones, según lo planeado; revisar periódicamente los parámetros de las pensiones a la luz de la evolución de la esperanza de vida, según lo previsto, y adoptar nuevas medidas para aumentar la edad efectiva de jubilación, tales como el aprendizaje permanente para los trabajadores de más edad.

(3) Reforzar la reestructuración que está teniendo lugar en el sector de las cajas de ahorros abordando los puntos débiles que persisten en su estructura de gobernanza.

(4) Estudiar el ámbito para reducir el nivel de las cotizaciones a la seguridad social con objeto de reducir los costes laborales no salariales de forma neutra para el presupuesto, por ejemplo modificando la estructura y los tipos del IVA y los impuestos sobrela energía. Adoptary aplicar, previa consulta a los interlocutores sociales de conformidad con la práctica nacional, una reforma del proceso de negociación colectiva de los salarios y del sistema de indización salarial para garantizar que las subidas salariales reflejen mejor la evolución de la productividad y las condiciones imperantes a nivel local y a nivel de empresa.

(5) Evaluar para finales de 2011 los efectos de las reformas del mercado laboral de septiembre de 2010 y de la reforma de las políticas activas del mercado laboral de febrero de 2011, y presentar, en caso necesario, propuestas de nuevas reformas para reducir la segmentación del mercado de trabajo, y mejorar las oportunidades de empleo para los jóvenes y garantizar un estrecho seguimiento de la eficacia de las medidas contempladas en el programa nacional de reforma, con vistas a reducir el nivel de abandono escolar prematuro, especialmente mediante políticas preventivas, y facilitar la transición a la educación y formación profesional.

El documento escrito en la jerga económica burocrática que utilizan los gobiernos europeos, manifiesta no obstante una evidente miopía a la hora de mirar lo que ocurre y ha ocurrido en nuestro país, ya que el análisis de los burócratas europeos es invariable en el tiempo y en el espacio: la economía es cosa de las empresas, y como estás tienen que competir con los países emergentes, aquí hay que trabajar y ganar como lo hacen los chinos, es decir de lo primero mucho y de los segundo poco, los gobiernos cuanto más delgados mejor para que los recursos financieros vayan a quien tiene que ir, a las empresas, que a la postre gestionan mejor los servicios educativos, sanitarios, etc… En lo relativo a España ya saben baja productividad, poca competitividad, mucho desempleo, mucho déficit publico, cajas endeudadas en la burbuja inmobiliaria por el manejo que de ellas hicieron los políticos locales, y para colmo de  males de aquí a pocos años todos abuelos.  El caos, pero si les bajamos los costes a las empresas: los salariales, y las cotizaciones a la seguridad social, y nos subimos los impuestos para los productos que consumimos, la mano invisible del mercado nos devolverá la prosperidad que añoramos. Los ricos serán más ricos y los demás a trabajar sin descanso, y una vez restaurada la competitividad por los bajos salarios y las largas jornadas se van a enterar estos emergentes, les vamos a inundar su mercado de chucherías europeas, porque claro entre impuestos, sueldos mermados, y bajas pensiones, los europeos no vamos a poder consumir lo que produzcamos.

Fuera de bromas intentaré contrastar el análisis que hace la comisión sobre la situación económica española. En el considerando (15) se cita textualmente:

“España experimentó una fuerte subida de sus costes laborales unitarios desde finales de los años noventa, lo que implicó un deterioro de su competitividad de precios y de costes. Unas subidas salariales superiores y unos incrementos de productividad inferiores a los de la zona del euro han contribuido a una inflación constantemente superior en España…”.

La subida de los costes laborales unitarios (cociente entre costes salariales nominales y productividad) a que se refiere el considerando, se comprueba en el aumento del coste salarial por hora trabajada  por encima del crecimiento de los productividad y de los precios,  alejándose la evolución de los costes laborales de la de los precios al consumo incluso en el periodo en que se inició la ya conocida como segunda gran depresión.

En la Figura nº 1 recogemos el crecimiento del PIB en valores constantes por hora trabajada que es la forma habitual de valorar la productividad de una economía, como ven en el caso de la economía española el crecimiento de la productividad ha sido muy bajo y menor que el de la media de las economías europeas y las asociadas en la OCDE.

Figura nº1. Productividad Laboral.

Fuente: OCDE.

A la Comisión no le falta razón cuando señala que en las décadas pasadas los crecimientos de los salarios lo fueron por encima de los precios y lo que es peor superiores a lo que crecía la productividad de la economía, en consecuencia la competitividad de nuestra economía debe o debería haberse resentido.

Y pongo debería porque lo que no esta claro es que el incremento de los costes laborales por encima del crecimiento de los precios y/o de la productividad haya tenido un efecto medible sobre la competitividad en los mercados de exportación. Aquí tienen el gráfico en el que se muestra las tasas de crecimiento interanuales de los costes laborales por hora trabajada, el IPC y las exportaciones. Entre el primer trimestre del 2007 y el segundo trimestre del 2010 que han sido las fechas en las que los costes laborales han crecido por encima de la inflación anual, las exportaciones también crecían a buen ritmo, exceptuando los trimestres en los que la crisis financiera derivo en gran depresión,  afectando al nivel del comercio internacional. La devaluación del euro y la recuperación del nivel de comercio mundial, impulsó el crecimiento del comercio exterior español a tasas más altas que las antes experimentadas. No hay por tanto ninguna base para sostener que los incrementos de costes laborales españoles hayan afectado de forma clara y manifiesta a la competitividad de las empresas que operan en los mercados mundiales.

Figura nº2- Tasas de crecimiento interanual de costes laborales, exportaciones e inflación.

Fuente: Elaboración con datos del INE

¿Qué ocurre entonces?, pienso que en España los mercados están segmentados y que las industrias que exportan bienes y servicios van por un lado, y las que se dedican al mercado interior por otro; las primeras siempre han cuidado su competitividad y no han perdido presencia en los mercados mundiales, y ojo, que lo han hecho con la misma legislación laboral a la que se le achacan tantos vicios y disfuncionalidades.

La economía española presentó, sin embargo, durante el periodo en cuestión una caída de participación de las rentas de trabajo en el PIB, que pasa por alto el análisis de los burócratas de la Comisión:

Figura nº4

Fuente: Elaboración con datos del INE

En el ejercicio 2006 se alcanzó el nivel más bajo el 47,2% (en el año 2000 era del 49,5%). Como ven a la vez que costes laborales se incrementaban por encima de la inflación y de la productividad, las rentas salariales perdían peso en el PIB a favor de los excedentes empresariales. En definitiva que en dicho periodo los  excedentes  o beneficios empresariales crecieron por encima de todas las variables que cuestionan la competitividad española: costes laborales, precios, y productividad.  Con baja productividad y nula competitividad aquí todo el mundo ganaba: los asalariados poder adquisitivo, los empresarios beneficios aún mayores y la administración, no les cuento, superávit presupuestarios.  Como ven algo no encaja en el puzzle.

Habrá que darle la vuelta al calcetín. Vamos a dar a la película otro guión. La economía española, como la europea, es una economía de servicios, la producción industrial significa un 11,5% del PIB (en el año 2007 significaba un 13,7%), y esta producción industrial es la que exporta y la que está preocupada por la competitividad, sin duda alguna habría que incluir algún que otro sector de servicios y de la agricultura, pero en el resto de los sectores los problemas de competitividad no parecen determinar su evolución, al menos en el medio plazo. No creo que las distribuidoras energéticas españolas pierdan mercado porque el precio del kilowatio hora sea menor en Uruguay, por poner un ejemplo, o que el propietario  del bar de la esquina este preocupado por los precios del chato en Lisboa, chascarrillos aparte, en la economía española y europea hay muchos agentes económicos que están más preocupados por lo que pasa dentro que por lo que pasa fuera, y en términos macroeconómicos estos significa que es mayor la parte de la economía que depende de la demanda interna que de la demanda externa, y ello a pesar de que somos un destino turístico internacional de primer orden.

Por tanto, si los trabajadores ganaban poder adquisitivo a comienzos del siglo XXI, consumían, y entonces las empresas vendían, y como vendían los empresarios ganaban, y como ganaban aún más de lo que incrementaban los sueldos a sus trabajadores el reparto de la tarta se inclinó a las rentas empresariales, y así con una productividad por los suelos la economía española nadaba en abundancia, subían los precios, subían los salarios, subían las ganancias y por lo que se ve esto debió llamar la atención a los mercados financieros, que se pusieron a prestar sin límite a empresas, bancos y cajas, y sin mirar la competitividad de la economía española como ahora se mira; y con el desenlace final todos los conocemos.

Con ayuda de los gráficos estadísticos se puede seguir esta situación enfrentando el índice de ventas al comercio al por menor con el índice de costes salariales. Como se ve salvo en el shock que supuso el estallido de la crisis financiera, los crecimientos interanuales de las ventas del comercio minorista no se alejan de los incrementos del índice de costes laborales. Lo que quiere decir que se consume a medida de lo que se gana.

Figura nº4. Tasas de crecimiento interanual de costes laborales y ventas del comercio minorista

Fuente: Elaboración con datos del INE

Entonces,  ¿el bajo crecimiento de la productividad de la economía española?, pues eso que fue bajo, y como se puede apreciar en la tabla de abajo en la que se calcula de una forma algo más sofisticada que el cociente PIB y hora trabajada,  fue tan bajo en el periodo 2000-2009, como lo fue el de Australia, Canadá, Dinamarca, Italia, Portugal ó Suiza, como ven países que tienen mucho en común, sobre todo en lo que lo relativo a legislación laboral . Si extendemos el periodo a 1985-2009, los crecimientos de la productividad más bajos son los canadienses, los italianos, los españoles y los suizos. Japón con década perdida y todo, presenta uno de los crecimientos  de la productividad multifactor más altos del conjunto de países para los que la OCDE calcula estos índices, y sepan que la OCDE es toda una autoridad en materia de cálculos de productividad (  http://www.oecd.org/dataoecd/59/29/2352458.pdf                  ), porque también deben de saber que hay varios métodos de calcularla y a veces dan resultados muy diferentes, en  pueden comprobarlo en Medidas de productividad.

Tabla nº1  Multi-factor Productivity

Time 1985-2009 1985-1990 1990-1995 1995-2000 1995-2009 2000-2005 2000-2009 2001-2009 2005-2009
Country
Australia

0,8

-0,2

1,4

1,6

0,9

0,9

0,4

0,1

-0,3

Austria .. .. ..

1,4

1,3

0,7

1,2

1,5

2,4

Belgium

1,3

1,6

1,5

1,4

1

0,5

0,5

1,5

..
Canada

0,3

-0,5

0,6

1,5

0,5

0,4

0

0

-0,5

Denmark

0,7

0,8

1,8

0,4

0,3

0,2

0,1

0,4

0

Finland

1,8

2,5

1,7

2,8

1,6

1,8

1

0,9

-0,1

France

1,1

2,5

1,1

1,4

0,7

0,8

0,3

0,3

-0,4

Germany

0,9

..

1,4

1,3

0,7

0,7

0,4

0,4

0,1

Ireland

2,9

3,2

3,4

4,9

2,5

2,5

1,2

1,1

-0,3

Italy

0,1

1,4

1,2

0,3

-0,4

-0,5

-0,8

-0,9

-1,2

Japan

1,5

3,3

0,7

0,8

1,1

1,4

1,2

1,3

0,8

Korea

3,8

5,8

3,6

3,7

3,1

3

2,8

3

2,6

Netherlands

1,1

1,2

1,7

1,2

0,8

0,4

0,6

0,7

0,9

New Zealand

0,7

0,8

0,8

0,8

0,6

0,6

0,5

0,4

0,4

Portugal

1,3

..

1,5

2,5

1,3

0

0

0,2

..
Spain

0,4

0,7

1,3

-0,2

0

0

0,2

0,2

0,4

Sweden

0,9

0,3

0,8

1,6

1,1

2,1

0,7

0,9

-1

Switzerland

0,1

..

-1,4

0,7

0,4

0,4

0,2

0,1

0

United Kingdom

1,3

0,9

1,4

1,5

1,4

1,2

1,3

1,4

1,3

United States

1

0,7

0,7

1,5

1,3

1,7

1,2

1,2

0,5

Fuente: OCDE

Bien pudiera ser que la productividad más que causa de algo, fuera la consecuencia de un todo, y ese todo sea la incorporación de la tecnología a la producción, los cambios en la composición sectorial, los avances educativos, y entre ellas quien sabe si los cambios habidos en las legislaciones laborales. En A vueltas con la productividad  se muestra que con las actuales productividades horarias sectoriales, llegado el caso en que la economía española aproximase su composición sectorial a la danesa vería incrementar en un 9% su productividad global, si lo hace en 10 años obtendría aumentos medios anuales del 1%. En fin, economías con crecimientos de productividad bajos son economías con pocos cambios reales en su estructura ó con cambios en la dirección opuesta, es decir a sectores poco productivos, como lo es el de la construcción en relación con el industrial, y aparece de nuevo la “bicha” de la economía española.  La crisis ha dormido a la bicha y nuestra productividad en el 2009 se ha disparado, a diferencia de lo que ha ocurrido en el conjunto de los países de la OCDE o en la Europa comunitaria, en donde la crisis ha hecho bajar la productividad. La OCDE nos calcula para el año 2009 una productividad laboral por hora trabajada del 2,7 y del 1,4 multifactor.

Los ojos miopes de la Comisión llevan pues a recomendaciones que en vez de dar en la diana pueden errar el tiro varios metros; y en el caso español esto es lo que puede ocurrir. En primer lugar parece claro que una parte importante de nuestra economía vive de la demanda interna, que ha obtenido buenos resultados cuando el poder adquisitivo de los trabajadores aumentaba, y por lo que se ve empleaba trabajadores sin preocuparse de la legislación que el estado aplicaba. Hay que recordar que en la década pasada los mayores crecimientos del empleo en Europa se alcanzaban en Irlanda, un 32,2 % entre 1999 y 2008, y España, un 38,5 %, ambos países en las antípodas de  legislaciones laboral. Nada nos indica que con suficiente demanda, los pequeños empresarios que dependen de la demanda interna no vayan ahora a contratar personal. La industria con mercado exterior está teniendo demanda porque era competitiva, pero como son mercados segmentados, a diferencia de lo que ocurre en Alemania, su actividad no se traslada a los resultados de otros sectores económicos. No obstante, puestos todos los países a exportar y una vez se limite el crecimiento mundial por el precio de las materias primas no hay que esperar grandes ganancias de producción y empleo por esta vía.

Ojala me equivoque o que mis gafas de mirar la economía estén mal graduadas y no las de la comisión, pero me creo que las pocas posibilidades de crecimiento de la economía española y con ellas las del empleo están ahora menguando. Subir el IVA, los impuestos a la gasolina, y la lucha a muerte contra el déficit publico de una deuda pública aún pequeña en proporción al PIB, es impedir que el consumo despegue, y esto ya está ocurriendo, como lo muestra la representación gráfica de las ventas al por menor.

Para finalizar otra figura, la de las recaudaciones de los impuestos, pieza clave para reconducir el déficit público, como se ve se han elevado sustancialmente las del IVA tras la reforma, pero van perdiendo fuelle, también lo perderá la recaudación del IRPF si se minoran las rentas salariales que son las que tributan, y ambos impuestos suponen el  76,3% de la recaudación que hace la agencia tributaria.

Figura nº5. Tasas de crecimiento medias interanuales de las recaudaciones tributarias (T12,12),

Fuente: Elaboración con datos de la AEAT

La economía española tiene inercias y no hay que negarlo, las ganancias salariales ahora están por debajo del IPC ya que no se ajustaron durante la crisis, porque los convenios tenían vigencia de varios años y los aumentos salariales ya estaban pactados. Funcionó como un estabilizador automático, es decir evitando un mayor deterioro del consumo y una agudización dela depresión. Lanegociación de nuevos convenios a la baja es posible en un clima laboral no enrarecido, y la cultura pactista española que parece que va a saltar hecha añicos, podría haber proporcionado una moderación de los costes laborales, pero por lo que se ve no se quiere eso. La productividad española tiene también inercias y aflorara en los años que restan, por dos motivos, uno el cambios sectorial que se está produciendo y que podría completarse hacia los servicios sociales y sanitarios de los que somos claramente deficitarios, y por la acumulación de capital que se produjo en la década pasada, no se lo he puesto porque ya van muchos datos, pero la OCDE que también calcula el crecimiento de los servicios de capital por tipos de activos, y aquí, si que España destaca por lo bueno, al igual que Irlanda, Australia, Canada, Korea, etc… y con el tiempo y si la comisión no lo impide, la citada acumulación de capital proporcionará una tasa de crecimiento de la productividad que aunque no incida en las perspectivas de empleo a corto plazo al menos realzará a los análisis que sobre la economía española los de la comisión realicen.

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